Hola, somos el producto de un mundo creativo altamente interconectado pero disfuncional. Valoramos el arte como un placer, creemos en la recuperación y expansión de los sentidos, y sospechamos que el decrecimiento nos hará vivir mejor.

Nos fascina bailar, queremos bailar, y bailaremos. La música es una especie de medio físico no táctil el cual podemos encarnar y sobre el cual nos podemos expresar. No toda la música tiene esa capacidad. La que nos mueve tiene groove. En ésta, existe alguna relación particular de microtiempos, particularmente en la base rítmica, y en su relación con otros instrumentos. Esta característica se alcanza vía medios acústicos o electrónicos, o en tempos rápidos o lentos. Hay también factores culturales, que cambian o modulan nuestra percepción del groove.

Nos preguntamos cómo sería una fiesta del futuro? Seremos capaces de disfrutar en conjunto estando repartidos por el mundo? A comienzos del 2021 organizamos una fiesta así: durante el confinamiento, a distancia, se llamó Curfew. Organizamos a amigos en Montréal y Santiago para poner música en bloques cortos. No hubo limitaciones en estilos ni géneros, pero la música debía ser capaz de hacer mover a la gente, en comunión, aunque fuese a distancia. Echábamos de menos bailar y bailamos, traspiramos y lo logramos.

Qué nuevas maneras y formas de colaboración artística nos plantea el presente?
Cómo podemos recuperar y expandir nuestros sentidos hacia la vida tangible?
Cómo podemos cooperar y crear con un bajo impacto en el ecosistema local y global?


Ignacio Redard, Gabriel Vigliensoni